Quien decide, es el amor.
Yo no sé luchar con mis propios sentimientos y yo no sé jugar cuando estoy contigo. Aunque quiera escaparme y no sentir mi corazón, aunque trate de olvidarte quien decide es el amor. Aunque hay alas en mi alma y mil caminos en mi piel, aunque mande la razón quien decide es el amor. Tal vez yo me di cuenta demasiado tarde que estoy ya rendida a la fuerza de tus ojos. Será que tu cuerpo conoce las leyes del día y la noche, que me tienen tan perdida. Aunque mande la razón, quien decide es el amor. En tus brazos y en tus labios, me pierdo. Porque aunque quiera escaparme y no sentir mi corazón, aunque trate de olvidarte, quien decide es el amor.
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